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Huesca, el mejor destino de aventura


Recientemente galardonada en los World Travel Awards como Mejor destino de aventura de Europa, la provincia de Huesca posee infinidad de atractivos para viajeros intrépidos En pleno corazón del Pirineo aragonés se encuentra Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel 5* GL, donde los huéspedes pueden disfrutar de una experiencia de lujo y bienestar rodeados de paisajes únicos

La reciente edición de los World Travel Awards, conocidos como los Oscar del Turismo, tuvo a Huesca como protagonista, ya que la joya turística de la Diputación Provincial de Huesca (DPH), Huesca La Magia, fue galardonada como Mejor destino de turismo de aventura de Europa. Entre los innumerables atractivos de la provincia de Huesca destacan Canfranc y sus alrededores, enclaves de España que permiten combinar turismo de naturaleza y patrimonio.

Visitar esta localidad oscense en invierno es una excelente idea, especialmente para aquellos que buscan un destino único y lleno de encanto en pleno corazón de los Pirineos, teñidos de blanco en esta época del año por las primeras nevadas.

Para los aficionados al esquí, las pistas del Pirineo aragonés se encuentran en un estado óptimo para hacer snowboard, esquí, rutas con raquetas y descenso en trineo, así como para contemplar el paisaje y conocer pueblos de montaña hermosos como Boltaña, que cuenta con una ubicación privilegiada entre los Pirineos y el río Ara. Por su parte, los aficionados al trekking encontrarán en esta zona gran variedad de senderos a través de bosques frondosos, cascadas y prados de una belleza única.

Alojarse en una estación de tren con historia 

Además de su riqueza paisajística, el municipio de Canfranc cuenta también con un impresionante patrimonio histórico y arquitectónico. Su principal atracción es la estación internacional de trenes, una joya arquitectónica del siglo XIX que llegó a ser una de las estaciones más grandes y lujosas de Europa. Desde 2023 es posible hospedarse en ella, ya que se ha reconvertido en un hotel 5*GL, Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel.

Quienes decidan alojarse en este hotel 5* GL tendrán la sensación de revivir la época dorada del ferrocarril de principios del siglo XX, fruto de un minucioso proceso de rehabilitación de esta antigua estación. Es el caso del lobby, uno de los espacios más singulares de este hotel de lujo, que ha recuperado parte del suelo original y ha mantenido las antiguas escaleras de acceso a la estación. 

Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel cuenta con 104 habitaciones de distintas tipologías distribuidas en dos plantas, todas con vistas al Pirineo Aragonés. En las habitaciones, la sensación es de confort y dinamismo a través de distintos elementos y materiales, por ejemplo, los cabeceros de terciopelo en estampado gráfico que recuerdan a los tapizados de los asientos de los vagones de los años 20. 

La biblioteca es también una de las estancias más especiales del hotel, ya que recuerda a los cafés de tertulia parisinos, espacios donde permanecer horas conversando o leyendo. Es, además, un espacio totalmente permeable y abierto al exterior, con luz natural y vistas al paisaje, lo que favorece todavía más esa sensación acogedora.

Canfranc Express, el vagón con una estrella Michelin

Visitar Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel permite también degustar la innovadora propuesta gastronómica de Canfranc Express, liderada por el chef Eduardo Salanova y la directora de sala Ana Acín, recientemente galardonado con una estrella Michelin en reconocimiento a su original cocina aragonesa de vanguardia. 

Ubicado en un antiguo vagón que ha sido rehabilitado siguiendo la estética de los trenes con restaurante que atravesaban Europa en los años 20, es el proyecto gastronómico más ambicioso de este hotel. El restaurante Canfranc Express recupera el legado culinario aragonés y despierta la emoción a través de sabores y productos típicos de la región mediante técnicas de vanguardia, preservando en todo momento la esencia de la mejor cocina local.

Cada viaje gastronómico es exclusivo para 12 comensales. Como punto de partida, recrea la historia de la estación ferroviaria de Canfranc para transportar al viajero hacia una experiencia a nuevos destinos. El primer pase de la carta lo protagoniza un aperitivo inspirado en un plato que se elaboraba a finales del siglo XIX en el valle del Aragón.

Le siguen otros platos con fuerte arraigo a la tierra, entre los que destacan la Pintada y remolacha, con pintada salvaje criada en Los Monegros; La Trilogía del Ternasco, una secuencia de tres pases en la que el cordero del Pirineo es el protagonista, en homenaje a la cocina francesa y al pasado histórico de la estación como punto de unión entre España y el país vecino.