Al día

Celebrar el Pilar con un buen sabor


Tras dos años de espera, mañana la Plaza del Pilar volverá a recibir a la Virgen. La Patrona volverá a recorrer las calles de Zaragoza llenando todo de fiesta y color con las ofrendas. Y es que mañana miles de personas, vestidas con el traje regional aragonés, podrán volver a crear el manto de flores de la Virgen, una imagen única que los aragoneses llevan dos años esperando para volver a ver.

Las Fiestas de Pilar han estado en pausa, pero no las ganas de celebrar de los aragoneses. Las familias han estado esperando para poder volver a celebrar estas fiestas y esas reuniones tan típicas de estos días. Y es que no hay Pilar sin una buena comida de productos de nuestra tierra.

Productos tan típicos de nuestra tierra como la Trenza de Almudévar, el postre estrella en estos días de celebración. Un postre aragonés ideal para todos los miembros de la familia, da igual que seáis de dulce o de salado, que seáis mayores o pequeños. Un postre clásico que lleva acompañando a los aragoneses los últimos 25 años, hubiera celebración o no.

La Trenza de Almudévar es una pieza de pastelería que recoge la tradición pastelera de cuatro generaciones. Corteza crujiente, relleno tierno y cremoso, intenso aroma de mantequilla, donde las nueces, almendras fileteadas y las pasas maceradas en ron, con una cubierta de glasa para darle brillo y una textura crujiente, la convierten en el postre favorito. La Trenza de Almudévar es un producto natural, sin ningún tipo de aditivos, elaborado a partir de una delicada masa madre, que es la base para una larga fermentación, desarrollando así todos los aromas y sabores de su delicado bouquet, lo que la convierte en el plato de sobremesa con el que triunfar.

Este postre típico de la tierra no tiene ningún ingrediente secreto, pero sí una forma diferente de hacer las cosas. El arte de tomarse el tiempo necesario para hacer un producto único, un proceso largo, que dura aproximadamente 72 horas, es la dedicación precisa para crear esta experiencia única.  Ese cuidado y ese cariño permite disfrutar con los cinco sentidos nada más abrir el envase, la fragancia de un producto recién hecho, en el que se funden el aroma de la mantequilla, el de frutos secos tostados y el suave perfume de ron con las pasas. Al degustarla, aparecen un contraste de sabores y matices, donde la textura crujiente de la glasa y corteza en el exterior, y el contraste con su textura tierna y cremosa por dentro, convierten un bocado en una sucesión de sabores redondos, envolventes, seductores, frescos y naturales, y que hoy se ha convertido en la principal referencia de la pastelería de Aragón.

Ahora que la Patrona ha vuelto con toda su fuerza no hay mejor forma de celebrarlo que júntanos con la gente que queremos para disfrutar de ese sabor tan nuestro como es el de Trenza de Almudévar.