● El packaging se posiciona como la herramienta clave para reinterpretar códigos visuales tradicionales ante la desestacionalización de los productos navideños. ● La agencia especializada en branding y packaging D.PACK, presenta su proyecto “Santo Turrón” para La Casa, transmitiendo valores ligados a la tradición al margen de los códigos navideños.
Con la cercanía de las fiestas, los supermercados comienzan ya a vestirse de gala llenando sus lineales de productos especiales y novedades para la temporada navideña. Un fenómeno que se sucede cada noviembre, respondiendo al hecho de que, España, es uno de los países con mayor consumo alimentario durante esta época del año.
En respuesta a esta situación, se empieza a observar una tendencia creciente en el mercado que apunta directamente hacia la desestacionalización de los productos tradicionalmente catalogados como navideños. Cada vez más, las marcas que históricamente han sido fuertemente asociadas con la Navidad buscan desmarcarse de esta categorización, optando por diseños que transciendan la temporada festiva. Un movimiento estratégico que les permite mantener la relevancia del producto durante todo el año, sin perder la esencia ni la conexión emocional con los consumidores.
Así, en este contexto de cambio, surgen también nuevas oportunidades creativas donde el packaging se posiciona como una herramienta clave para reinterpretar códigos visuales tradicionales, haciéndolos más versátiles y atemporales. Un claro ejemplo de esta tendencia es D.PACK, apostando por un diseño más auténtico y arraigado a la identidad de marca, concretamente con su proyecto “Santo Turrón” para La Casa.
El estudio, experto en soluciones innovadoras, desarrolla un nuevo diseño respondiendo a la necesidad de la marca de crear una nueva gama. Algo que, como cuenta Laura Ormad –directora creativa y socia fundadora de D.PACK–, supone una oportunidad para revisar los códigos navideños de manera creativa, sin perder las raíces emocionales que conectan con el consumidor. “Las marcas no necesitan renunciar a los valores tradicionales, sino reinterpretarlos de una manera más fresca y relevante, sin caer en la neutralidad impersonal”, explica Ormad.
Partiendo de esta premisa, y con el reto añadido de desestacionalizar un producto tan navideño como es el turrón, D.PACK opta por transmitir valores ligados a la tradición, pero huyendo de los códigos establecidos como navideños. Bajo el concepto Santo Turrón, el estudio acerca el consumidor a la emoción y el orgullo ligados a la tradición, a través de los Santos y Patrones más emblemáticos del país. Además, presenta un producto que enlaza algunas de las recetas más características y dulces con un gran orgullo regional, pero llevándolo al nuevo paradigma mediante los mensajes, la gama cromática y el estilo gráfico e ilustrativo. De este modo, D.PACK acompaña un producto emocional por naturaleza, elevándolo con un packaging especial; todo mediante una gráfica moderna y actual que permite conectar con diferentes targets.
Por otro lado, en el contrapunto de esta tendencia, encontramos también muchas marcas que tienen presencia continua al mercado durante todo el año y que aprovechan la Navidad para destacar, utilizando códigos visuales que refuerzan su conexión con los consumidores durante esta época. Marcas atemporales que, sin estar ligadas necesariamente a un legado navideño, han sabido encontrar en la iconografía clásica de la Navidad —influenciada por Estados Unidos y los países nórdicos— una oportunidad para crear ediciones limitadas. Un ejemplo de esto es la reputada Cuétara, para quien D.PACK ha diseñado packs que incluyen elementos típicamente navideños, que contribuyen a generar una conexión emocional inmediata con la festividad, acercándose al consumidor.
Además, en paralelo, observamos también una inclinación clara hacia el minimalismo en el diseño de packaging, especialmente cuando se trata de productos premium. El lujo ya no se define por la complejidad, sino por la sencillez y la elegancia, y no solo se consigue mediante el diseño, sino también a través de técnicas de impresión avanzadas que permiten elevar el producto y ofrecer una experiencia visual y táctil, reforzando la sensación de regalo exclusivo y especial.
En esta misma línea, otra propensión creciente es la del "factor wow". Las marcas se reinventan y van más allá ofreciendo formatos especiales que convierten al producto en un regalo memorable. Una tendencia que busca la sorpresa a través de la emoción y la vinculación con este momento del año porque, del mismo modo que nosotros nos ponemos de gala en estas fiestas tan señaladas, las marcas también adaptan sus packs con el objetivo de destacar en un contexto tan competitivo.