David Fernández. Cofundador y CTO de Fashionalia
Desde hace años, la tecnología se ha ido abriendo paso en muchos sectores para facilitar la compra y venta de productos de consumo, y en el sector de la moda, por supuesto, también. Poder comprar y pagar desde casa es una realidad a la que cada vez se suman más consumidores, pero la tecnología ha ido más allá y ahora ha revolucionado el mundo de la moda hasta tal punto que todo o casi todo lo que se pueda imaginar existe.
Visitar una tienda física o una tienda online, ver el producto, probarlo, pagar a través del móvil en la propia tienda, finalmente no cargarlo, pero sí pedir que lo envíen a casa… Todas estas combinaciones y más ya son posibles. Y con los marketplaces de moda phygital, las posibilidades aumentan.
Por ejemplo, en FASHIONALIA han llegado a tal punto que la base de su experiencia de compra pasa por la tecnología en su estado más puro.
Además de crear la tecnología necesaria para la completa integración de las tiendas físicas con el ecommerce, siendo todo “uno solo”, han desarrollado también las herramientas que permiten controlar también unos nuevos elementos tecnológicos de los que disponen en las tiendas.
Espejos inteligentes
Los espejos inteligentes son espejos situados en los probadores de las tiendas de moda con los que el cliente interactúa. ¿Cómo? Por un lado, cuando el cliente entra en el probador, el espejo lee las etiquetas RFID (un sistema de identificación de productos) que tienen las prendas que lleva. El espejo llama al backend (sistema de desarrollo electrónico) y de ahí al de la propia tienda y es, entonces, cuando se le muestra al cliente los datos completos de los productos.
El espejo inteligente provee de funcionalidades añadidas como permitir al cliente identificarse con la aplicación, añadir y eliminar productos del carrito, solicitar una talla diferente, etc… Todo ello a través de los QRs que sincronizan espejo y aplicación.
Sin embargo, la función del espejo finaliza ahí. Podría terminar el proceso, sí, y que el consumidor realizara el pago a través del espejo inteligente, pues este tipo de tecnología puede con eso y con más, pero se ha llegado a la conclusión de que es más seguro que el consumidor pague los artículos a través de su móvil o en la propia caja de la tienda. Así, mediante una serie de QRs, el producto del carrito o del espejo es trasladado a la App y ahí ya sí finaliza el proceso de compra.
Kioscos interactivos
Los kioscos interactivos se encuentran distribuidos dentro de las tiendas. A través de estos paneles táctiles, el cliente puede navegar por el catálogo digital y ver las firmas de moda con las que trabajan las tiendas o ver qué productos tienen en las propias tiendas físicas o en las webs. Estos kioscos también informan al cliente de las fichas de los productos y les permite consultar el stock por talla, incluso son capaces de leer las etiquetas RFID, pero, a diferencia de los espejos, no permiten identificar al cliente.
App y QR´s
En tiendas como FASHIONALIA, la App es considerada el elemento central para disfrutar de una experiencia de compra completa. Sirve para leer los QRs de las prendas en las tiendas y poder así ver el precio final, pues en esta tienda en concreto, por su concepto phygital 100% personalizado, cada cliente tiene su propio precio.
La lectura de un QR en tienda provoca que la App muestre toda la información del producto. Se puede saber si disponen de otras tallas en esa tienda o en otra sin necesidad de consultar al dependiente y, también, saber si se puede enviar el artículo a casa.
La tecnología siempre va más allá, y en este tipo de tiendas se ha llegado a poder averiguar incluso donde está el comprador en ese momento. Cada QR, además de identificar el producto, identifica la tienda donde se encuentra el cliente.
Conocer este tipo de datos es realmente importante. Primero, se sabe que el cliente ha entrado en una tienda determinada. Segundo, se sabe qué producto elige el comprador de cada tienda y, en base a ello, se puede adaptar el stock según las preferencias de los clientes. Toda esta analítica se trabaja posteriormente para entender mejor a los consumidores.
Es importante que cuando una tienda de moda phygital busque ofrecer una experiencia de compra 100% personalizada, lo haga hasta el final. Por ello, los clientes que deciden realizar sus compras de esta manera y en este tipo de marketplaces pueden cerrar la compra desde la propia App. Es decir, un cliente puede escanear un QR de un producto, añadirlo al carrito y realizar el pago (Tarjeta, Paypal, etc…), todo en tienda y todo desde la aplicación. Una vez pagado se dirige a la caja, le indica el código del pedido al dependiente, y ya simplemente queda retirar la alarma y embolsar la compra.
Los pedidos realizados con las aplicaciones en tiendas físicas caen en el mismo sitio que los pedidos web, y, además, se puede ver en tiempo real. Es posible, por ejemplo, devolver un pedido a un cliente que ha comprado en tienda, ya que desde el departamento de Atención al cliente se pasa a recoger la prenda a casa, sin que el cliente tenga que desplazarse a realizar presencialmente el cambio. Así, es como empieza a cobrar cada vez más fuerza el ya conocido término "omnicanalidad".
En definitiva, todas estas prestaciones son las que la tecnología brinda a las empresas, y éstas al consumidor, transformando un simple proceso de compra en una auténtica experiencia.