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Entrvista a Carlos Cabrera, Vicepresidente Ejecutivo del Institut Cerdà (Observatorio de Innovación en Gran Consumo)

•    En el Observatorio de Innovación de Gran Consumo en España (OIGC) del Instituto Cerdá han analizado más de 350 proyectos en 2024, lo que refleja un crecimiento importante en comparación con ediciones anteriores. Desde su perspectiva, ¿qué innovaciones recientes destacarían como las más disruptivas en el sector de gran consumo? ¿Cómo están influyendo estas innovaciones en la manera en que los consumidores perciben y adquieren productos, especialmente en categorías como alimentación, cosmética o bienes de consumo diario?

Uno de los campos en los cuales se están llevando a cabo un mayor número de innovaciones disruptivas es el de la descarbonización. En los últimos años, hemos visto los primeros fertilizantes producidos con hidrógeno verde, los primeros productos de consumo masivo neutros en CO2, cultivos verticales que consumen un 90% menos de agua y las primeras fincas agrícolas convertidas en sumideros de carbono certificado. Todos estos cambios ahora son innovación, pero a largo plazo serán la tónica del sector y no nos sorprenderán.
El OIGC es un gran termómetro para medir cada año la salud de la innovación en todos los eslabones de la cadena. Según nuestros datos de los últimos años, existe un compromiso cada vez más firme del sector para abordar los retos del contexto actual y futuro. Un compromiso que se refleja tanto en la cantidad de proyectos como en su calidad.

Y en estas innovaciones, la presencia de la inteligencia artificial está tomando un papel protagonista, que se aplica, por ejemplo, en la experiencia de compra de los consumidores. En pocos años, hemos podido ver tiendas que funcionan de forma autónoma o balanzas en las secciones de frescos que identifican automáticamente el producto que pesa el comprador. Esta clase de innovaciones agilizan los hábitos de compra y posibilitan nuevas formas de adquirir productos que en otros países ya están ganando terreno.
En relación con el producto en sí, un campo en el que se está innovando a un ritmo acelerado es el de la proteína alternativa, tanto con destino a la alimentación humana como animal.

En este sentido, vale la pena recordar que España es uno de los principales hubs del sector: la mayor fábrica de proteína de insectos del mundo abrirá sus puertas en Salamanca y somos pioneros en el uso de técnicas de impresión 3D para la fabricación de alimentos.

•    Además, ¿cómo cree que la transformación del consumidor hacia un perfil más consciente y exigente con la sostenibilidad y el bienestar personal está reconfigurando la estrategia de innovación de las empresas en este sector?

Tradicionalmente, las compañías se han enfrentado al reto de ofrecer productos con la mayor calidad posible y a un precio contenido, siendo la innovación de producto clave para ello. Sin embargo, actualmente nos encontramos en un entorno macroeconómico y geopolítico cada vez más complejo y ante un consumidor que reclama mucho más: sostenibilidad, salud, personalización, etc.
En este contexto, la innovación se traslada del producto al proceso, ya que es esta clase de innovación la que nos permite producir optimizar recursos, reducir nuestras emisiones o hacer frente a la escalada en el precio de materias primas como los fertilizantes. Como muestra de este cambio de tendencia tenemos los datos del propio Observatorio de Innovación de Gran Consumo: en 2024 el 17 % de las innovaciones que hemos analizado corresponden a producto, la mitad que en 2022.

¿Ves un cambio en el enfoque de la innovación? Es decir, ¿se están priorizando aspectos como la eficiencia en la producción o el desarrollo de productos más económicos en lugar de la diferenciación a través de la innovación de producto?

La innovación en producto ha sido y será clave en el sector, pero ya hace años que nos encontramos en un entorno en el que emergen nuevas necesidades. Por un lado, el consumidor demanda mucho más que el binomio calidad-precio, lo que lleva a las empresas a innovar en aspectos como la trazabilidad, la nutrición saludable, la sostenibilidad, la personalización o la eficiencia. Por otro lado, elementos como el cambio climático, las tensiones geopolíticas o la inflación están presionando al sector en búsqueda de nuevas soluciones para adaptarse a los retos actuales, impulsando así la innovación en proceso.

En consecuencia, en 2024 el 58 % de las innovaciones que han sido identificadas por el Observatorio de Innovación de Gran Consumo están vinculadas a la eficiencia en operaciones, confirmando este cambio de enfoque en la innovación.

•    Ha señalado que la digitalización es una de las vías principales para incrementar la eficiencia y mejorar la satisfacción del consumidor. ¿Podría profundizar en cómo se están utilizando las tecnologías digitales, como el análisis de datos, la inteligencia artificial o el comercio electrónico, para transformar la cadena de valor en el sector de gran consumo?

Cerca de un tercio de las innovaciones en procesos y servicios analizadas por el Observatorio de Innovación de Gran Consumo están vinculadas a la Inteligencia Artificial, posicionándose como la herramienta digital más relevante para la transformación del sector. Esto es así debido a su doble aportación: facilitar la toma de decisiones y optimizar procesos.
Entre las distintas disciplinas de la IA, podría resaltar dos por su impacto en el Gran Consumo: la visión artificial y el aprendizaje automático. En el caso de la visión artificial, impresiona cómo está permitiendo mejorar el control de calidad y optimizar procesos en las líneas de producción, detectando mediante cámaras patrones y elementos que, anteriormente, requerían emplear sensores específicos y costosos.

El aprendizaje automático, por su parte, está transformando el conjunto de la cadena de valor del sector. Al detectar patrones en los conjuntos de macrodatos, esta técnica permite reducir el uso de insumos agrícolas, acortar procesos productivos o anticipar nuevos patrones y tendencias de consumo. A modo de ejemplo, procesos tan tradicionales como el curado de un jamón ya se están optimizando gracias a estas herramientas, reduciendo el tiempo necesario para su elaboración a la vez que se logra un producto con una calidad más homogénea.

•    ¿Qué impacto ha tenido la digitalización en la relación entre fabricantes y distribuidores? ¿Cree que las empresas están logrando utilizar estas herramientas para generar una mayor personalización en la oferta y anticiparse a las necesidades de los consumidores?

Gracias a sus programas de fidelización y terminales de punto de venta (TPV), los distribuidores gestionan un gran volumen de datos que, utilizados de forma adecuada, les permite disponer de un conocimiento profundo sobre las tendencias de consumo. En la medida en que fabricantes y distribuidores colaboran, pueden compartir este conocimiento con los consumidores, lo que facilita satisfacer sus necesidades y ofrecer una experiencia más personalizada.
Esta personalización deriva en el lanzamiento y adaptación de productos a nichos de mercado cada vez más específicos. Así, actualmente podemos encontrar productos orientados a deportistas, a la tercera edad, a embarazadas, a personas con problemas de salud concretos y dietas alternativas: vegana, keto, paleo, etc.

•    La sostenibilidad ha sido uno de los motores claves en las innovaciones recientes en el sector. ¿Cómo están evolucionando las prácticas de sostenibilidad en el ámbito del gran consumo? ¿Existen iniciativas recientes que pueda compartir que reflexionen cómo las empresas están alineando su estrategia de innovación con los objetivos de sostenibilidad?

Una de las evoluciones más destacadas en materia de sostenibilidad es la de la economía circular. Hemos pasado de un modelo en el que destinábamos los residuos a usos como, por ejemplo, el compostaje, a un entorno en el que, cada vez más, se busca la economía circular en el ciclo productivo y destinarlos a usos de mayor valor añadido.

Aquí destacan dos tendencias: la extracción de compuestos activos de los residuos para desarrollar ingredientes funcionales para alimentación u otras industrias, y la transformación de subproductos en nuevos alimentos. En la actualidad, elementos como la mucosa intestinal del cerdo han pasado de ser un residuo a ser empleados para la producción de heparina, un anticoagulante esencial en la industria biomédica.

Otro de los campos en los que más se ha innovado en los últimos años es en la logística de Gran Consumo, situando al sector como pionero a nivel nacional en aspectos como el uso de combustibles alternativos, vehículos sostenibles o la distribución en la última milla. Algunas de las mayores flotas de camiones eléctricos a nivel europeo pertenecen al sector y, de igual manera, el Gran Consumo ha sido pionero en el uso de camiones de hidrógeno o los vehículos electrificados de reparto urbano de mercancías.

•    Además, ¿de qué manera los consumidores están influyendo en las decisiones de innovación en cuanto a la sostenibilidad? ¿Cómo han reaccionado las empresas ante la creciente demanda de productos que minimicen su impacto ambiental, tanto en el packaging como en los ingredientes y procesos?

En los últimos años, se ha incrementado la preocupación social por el medioambiente, de modo que, según los datos de AECOC, ya el 74% de los españoles incluye criterios medioambientales en su decisión de compra. En este contexto, la sostenibilidad ha pasado de ser un aspecto legal y de responsabilidad empresarial a posicionarse como un elemento de diferenciación y generación de valor para el consumidor. Sin embargo, transitar a un modelo más sostenible con las técnicas y recursos actuales no es posible, siendo clave la innovación en sostenibilidad para hacer más con menos.

Así, las empresas están haciendo una apuesta firme por minimizar su impacto ambiental, destacando 2 aspectos clave: la descarbonización y el envasado sostenible. Ya es habitual encontrar compañías con productos neutros en emisiones y hojas de ruta para alcanzar la neutralidad climática en el 2040 o, incluso, antes. De igual manera, aspectos como el uso de plástico reciclado han pasado de ser una cuestión de nicho a ser algo completamente normalizado en el sector. Esto no habría sido posible sin el desarrollo de nuevas formulaciones para el packaging o la introducción de energías alternativas en los procesos productivos.  Es decir, no habría sido posible sin la innovación.

•    En el Observatorio de Innovación de Gran Consumo se han identificado un aumento significativo en los proyectos colaborativos entre empresas, ONG y entidades públicas. ¿Qué ventajas competitivas cree que ofrece este enfoque colaborativo? ¿Existen ejemplos recientes de proyectos donde la colaboración intersectorial haya sido clave para el éxito de una iniciativa?

Este enfoque se adopta para responder a los desafíos de la cadena, cuya creciente complejidad exige colaboración para poder ser abordados. Destacamos que el tercer sector tiene un papel crucial en la respuesta a dos retos fundamentales: la gestión de los excedentes alimentarios y la atracción y retención de talento.

Como ejemplo, el “Programa Joves Futur +”, impulsado por la Fundació La Caixa y la Fundació Barça, dirigido a la integración sociolaboral de menores en la empresa, facilitando la incorporación de talento en el Gran Consumo, al mismo tiempo que se generan oportunidades para colectivos desfavorecidos.

Otra iniciativa colaborativa destacada ha sido el Programa de Compra Asistida implementado por el Gobierno de Castilla-La Mancha en colaboración con las principales asociaciones de distribuidores y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad. En esta ocasión, la Administración, el tercer sector y la distribución trabajaron conjuntamente para implementar a escala autonómica un servicio de apoyo en la compra para las personas mayores o con discapacidad.

•    En particular, ¿qué papel cree que juegan las pymes y startups en esta nueva dinámica de colaboración en la innovación? ¿Cómo están contribuyendo estas pequeñas y medianas empresas a impulsar nuevas ideas y acelerar los ciclos de innovación?

Las pymes y start-ups siempre han sido fundamentales en la innovación, pero en estos momentos ya se sitúan como los principales agentes impulsores. El 60 % de empresas analizadas por el Observatorio de Innovación en Gran Consumo este 2024 eran pymes o start-ups.
Su aportación a la cadena es doble: por un lado, ofrecen las tecnologías necesarias para incrementar la eficiencia y sostenibilidad del sector, y, por otro lado, aportan esa agilidad que las grandes compañías no siempre tienen.

•    Desde su experiencia liderando el Observatorio de Innovación, ¿cuáles consideran que son las principales tendencias que van a definir el futuro de la innovación en el sector de gran consumo durante los próximos 5 a 10 años?
Si hubiéramos preguntado a algún experto hace 5 o 10 años sobre como vería el futuro del sector en 2024, seguramente habría citado el crecimiento del comercio electrónico como una de las principales tendencias y, a día de hoy, la cuota que supone el online ronda el 3 %. Lo que quiero resaltar con esto es lo complejo que resulta prever el futuro.

Sin embargo, hay algunas tendencias que desde el Observatorio de Innovación en Gran Consumo consideramos que se van a mantener o reforzar; aquellas imprescindibles para hacer frente a los desafíos del sector. En términos generales destacamos la colaboración y el creciente peso de la digitalización del sector. También todas aquellas tecnologías que nos permitan avanzar hacia un mundo en el que habrá que alimentar a más personas empleando los mismos o, incluso, menos recursos: la agricultura de precisión, la proteína alternativa, la captura de carbono o el uso de energías renovables.

•    ¿Cree que el enfoque hacia la personalización de productos, la economía circular y la sostenibilidad se mantendrán como las grandes apuestas del sector? ¿Qué otros factores emergentes, como la bioeconomía, el uso de nuevos materiales o las cadenas de suministro más eficientes, ve cómo prometedores?
Sin duda la sostenibilidad y la economía circular seguirán siendo algunas de las principales apuestas del sector, no solo por el impacto medioambiental, sino también por su impacto en la eficiencia de las compañías. No obstante, hay un factor emergente que acompañará esta apuesta por la sostenibilidad: la transparencia. No basta con ser sostenibles, hay que transmitirlo al consumidor de una forma rigurosa y comprensible para que este pueda tomar una decisión de compra informada.

Así, las tecnologías relacionadas con la información de producto, la trazabilidad o la medición del impacto medioambiental ganarán peso de la mano de aquellas dirigidas a impulsar la descarbonización o la bioeconomía.

En cuanto a la personalización, se mantendrá como uno de los principales objetivos y, a su vez, retos de la cadena. Responder a las necesidades de un público cada vez más diverso, cambiante y exigente requerirá tomar decisiones arriesgadas por parte de las compañías, siendo la gestión de datos y la inteligencia artificial claves para analizar al consumidor y minimizar estos riesgos.