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El riguroso control detrás del jamón ibérico: ¿Qué exigen las certificadoras y cómo Jamones Enrique García garantiza la máxima calidad?

A medida que se acerca la temporada navideña, el jamón ibérico sigue siendo el protagonista indiscutible en muchas mesas. Pero, ¿cómo puede el consumidor estar seguro de que está comprando un producto de calidad auténtica? La respuesta está en las estrictas exigencias de las certificadoras independientes, que supervisan el cumplimiento de la Norma de Calidad del Ibérico. Estas certificadoras no solo verifican aspectos como la raza del cerdo o su alimentación, sino también el proceso de curación y el etiquetado, garantizando que cada pieza cumpla con los más altos estándares.

En este contexto, empresas comprometidas como Jamones Enrique García, ubicada en Valdecarros, Salamanca, son un ejemplo destacado de cómo cumplir y superar estas exigencias, ofreciendo productos ibéricos de calidad homogénea, con un control total en cada paso del proceso, gracias a su ciclo cerrado de producción.

1. Raza del animal: La autenticidad del cerdo ibérico:

La Norma de Calidad del Ibérico exige que los jamones etiquetados como "ibéricos" provengan de cerdos con un porcentaje específico de genética ibérica. Los jamones con etiqueta negra, por ejemplo, provienen de cerdos 100% ibéricos, mientras que otras etiquetas permiten cruces con razas Duroc. Las certificadoras verifican el origen genético de cada animal a través de registros oficiales.

En Jamones Enrique García, cada cerdo cuenta con una trazabilidad genética que garantiza su autenticidad como ibérico, algo que es verificado y certificado por entidades como Certicalidad y Calicer. Este compromiso con la pureza racial es un sello de calidad que diferencia a la empresa en el mercado.

2. Alimentación: El control de la dieta del cerdo ibérico

La alimentación es un factor crucial en la calidad del jamón ibérico. Los cerdos que llevan la etiqueta negra y roja se alimentan de bellotas durante la montanera, mientras que aquellos con etiquetas verde y blanca se alimentan principalmente de piensos.

Jamones Enrique García, fiel a la tradición ganadera de la región de Salamanca, garantiza que sus cerdos pasen el tiempo adecuado en las dehesas, alimentándose de bellotas y pastos naturales. Esta dedicación a la alimentación natural de los animales es supervisada por certificadoras que controlan el acceso de los cerdos a las bellotas y a las condiciones de pastoreo.

3. Sistema de cría: Bienestar animal garantizado

El sistema de cría en libertad es fundamental para la calidad final del jamón ibérico, especialmente en las categorías más altas. Las certificadoras se aseguran de que los cerdos tengan suficiente espacio en la dehesa para moverse libremente y desarrollar las características que definen el sabor y la textura del jamón ibérico.

Jamones Enrique García, gracias a su modelo de ciclo cerrado, supervisa directamente cada etapa de la vida del cerdo, desde su nacimiento hasta el sacrificio. Este enfoque permite garantizar no solo la calidad del producto, sino también el bienestar animal, lo que refuerza la sostenibilidad y el respeto por el entorno natural en el que se crían los animales.

4. Proceso de curación: El tiempo y las condiciones perfectas

La curación es otro aspecto clave para garantizar la calidad del jamón ibérico. Según la norma, los jamones deben pasar un mínimo de 24 meses en curación bajo condiciones estrictas de temperatura y humedad. Las certificadoras verifican que los secaderos cumplan con estas normativas, permitiendo una curación natural que desarrolle todo el potencial del jamón.

En Jamones Enrique García, cada pieza se cura de manera artesanal en sus secaderos de Salamanca, respetando los tiempos necesarios para que el jamón alcance su máxima expresión de sabor y aroma. Este proceso es auditado periódicamente por las certificadoras, que aseguran que las condiciones de curación sean las adecuadas.

5. Etiquetado: Transparencia y confianza para el consumidor

El sistema de etiquetado es una parte fundamental de la Norma del Ibérico, y está diseñado para ofrecer al consumidor la máxima transparencia. Las etiquetas de colores —negra, roja, verde y blanca— permiten identificar de manera rápida el tipo de jamón según su pureza racial y alimentación.

Jamones Enrique García cumple estrictamente con estas normas, asegurando que cada producto esté correctamente etiquetado para que el consumidor pueda tomar una decisión informada. Además, la empresa trabaja con certificadoras que verifican que este etiquetado refleje fielmente las características de cada pieza de jamón.

6. Trazabilidad: Control total desde la granja hasta la mesa

Un aspecto crucial para las certificadoras es la trazabilidad de cada pieza de jamón. Esto significa que se debe poder seguir cada etapa del proceso, desde el nacimiento del cerdo hasta su comercialización. Este control permite asegurar que todos los procesos han cumplido con la normativa y que el producto final es de la máxima calidad.

Jamones Enrique García, gracias a su modelo de ciclo cerrado, tiene control absoluto sobre cada etapa de la producción, lo que le permite ofrecer productos con una trazabilidad completa y transparente. Las certificadoras supervisan este proceso para garantizar que se cumplan todos los requisitos de la Norma de Calidad del Ibérico.

Conclusión: La garantía de calidad que exigen las certificadoras y que ofrece Jamones Enrique García

Las certificadoras en el sector del ibérico no solo garantizan la autenticidad y calidad del producto, sino que también protegen a los consumidores y a los productores comprometidos con la excelencia. Empresas como Jamones Enrique García, que cumplen rigurosamente con cada uno de los requisitos de la Norma del Ibérico, aseguran que cada pieza que llega al mercado es un reflejo de tradición, calidad y respeto por el entorno.

Esta Navidad, al elegir jamón ibérico, busca productos certificados que ofrezcan la máxima calidad, como los de Jamones Enrique García, una empresa familiar dedicada a preservar los más altos estándares del sector, desde la dehesa hasta la mesa.