“La regulación de alojamientos turísticos alternativos en España debería ir en proporción y homogeneidad a los principios de regulaciones europeas.”
Como es bien sabido, el turismo es uno de los sectores más importantes de la economía de España, por lo que cada vez es mayor su crecimiento, lo que se materializa en una mayor demanda de alojamientos turísticos o alquileres vacacionales. El concepto de economía colaborativa generó un tipo de alojamientos diferentes a los hoteles u otros alojamientos tradicionales. Así, se estableció el alquiler de viviendas y apartamentos a corto plazo, como una forma de conseguir ingresos para particulares y empresas que trabajan en el sector.
Los turistas de hoy buscan estancias flexibles y asequibles, así como la oportunidad de disfrutar de las comodidades del hogar y "vivir como un local" cuando viajan. Esto ha resultado en un auge en el intercambio de casas generando un nuevo tipo de empresas, como Airbnb, como Vrbo y Booking.com, que desempeñan un papel muy importante.
Al fin y al cabo se trata de una industria joven. Debemos dejar de enfrentar a hoteles y alquileres vacacionales de cara a los viajeros. Un claro ejemplo de la buena convivencia entre el sector hotelero y los alquileres a corto plazo, lo encontramos en el Grupo Marriott, quien en abril del 2019 lanzó Homes & Villas by Marriott International, una versión corporativa y de alto nivel de las alojamientos a corto plazo. La cadena internacional ha sabido leer perfectamente las nuevas necesidades sociales, ya que nunca vamos a regresar a un mundo sin alojamientos de corta estancia.
Las personas que buscan experiencias únicas o unas vacaciones más largas ahora pueden alquilar una habitación en la casa de alguien y formar parte de la familia. Hay muchos ejemplos, pero el punto es que, al igual que en el viaje compartido, la introducción de nuevas opciones de alojamiento expande el mercado pero no elimina al predecesor tradicional, el hotel. El mercado es lo suficientemente grande para todos.
La creciente popularidad de los alquileres a corto plazo, hace que los hoteles estén alerta. Las ciudades resistentes al cambio social adoptan una postura contra los alquileres a corto plazo, afirmando que tienen un impacto directo en el precio de la vivienda. A pesar de esto, este tipo de alojamientos han llegado para quedarse y satisfacer las necesidades, siempre cambiantes, de los viajeros.
Como directora de operaciones de Guesty, la plataforma de gestión de propiedades de alquiler a corto plazo, que permite a las empresas de gestión de propiedades de alquiler a corto plazo racionalizar y automatizar las necesidades operativas de sus empresas, puedo afirmar que ninguna de las partes involucradas en alquileres a corto plazo se niega a la regulación de los mismos. De hecho, la mayoría de las empresas del sector, incluidos nosotros, apoyan las regulaciones con respecto a la seguridad y la privacidad de todos los involucrados, desde los propietarios de viviendas hasta los huéspedes y administradores de propiedades.
La regulación debe ser racional y ofrecer la libertad de elección, tanto a los viajeros que tienen diferentes preferencias o necesidades de alojamiento como a los empresarios que desean crear un tipo diferente de negocio de alojamiento. Podemos lograr esto sin sacrificar las necesidades de las comunidades locales.
Está en mano de cada ciudad trabajar en colaboración con todas las partes para proporcionar soluciones razonables que se puedan cumplir. Esto significa que el alojamiento a largo plazo puede convivir perfectamente con el alquiler vacacional. Se puede aprovechar, por ejemplo, la zona universitaria para alojamientos a largo plazo durante el periodo lectivo y a corto plazo el resto de meses.
En el caso específico de España, entiendo perfectamente que la administración pública esté involucrada en lo que respecta a la regulación de las empresas en desarrollo en la economía colaborativa, como el ecosistema de alquiler a corto plazo.
Sin embargo, debido a la naturaleza joven de este tipo de empresas, como comentaba anteriormente, creo que muchas decisiones importantes se toman con base a la política o el populismo, sin un análisis profundo del impacto económico de las mismas. España es testigo de una gran disparidad entre regiones en cuanto a las restricciones regulatorias en cuanto a las empresas de alquiler a corto plazo se refiere (como en Palma de Mallorca). Algunas regulaciones regionales y locales son altamente restrictivas y no están en línea con el punto de referencia regulatorio de otras capitales europeas. Por eso mismo, desde Guesty, consideramos que la regulación actual de alojamientos turísticos alternativos en España debería ir en proporción y homogeneidad conforme a los principios de regulaciones económicamente eficientes europeas, ya que muchas restricciones impuestas como en el caso de Madrid o Barcelona, se han vuelto dañinas para las áreas urbanas.