Stéphane Boudouresques, director comercial de España y Portugal de Bonduelle Ibérica, S.A.

“El mercado de la verdura en conserva no está maduro, aún le queda mucho por desarrollar"

A punto de concluir un ejercicio sobresaliente, con un incremento de las ventas superior al 25% y motivado por la recuperación en septiembre del pasado año de la marca Salto en congelados, Bonduelle Ibérica mantiene su liderazgo, en volumen, en mercados tan importantes como el maíz, la soja y otras mezclas para ensaladas. La compañía, que unificará en abril de este año las tres sociedades con las que cuenta en nuestro país, apuesta decididamente por el mercado de las conservas vegetales al que augura un gran futuro por delante. Su director comercial para España y Portugal, Stéphane Boudouresques, ratifica esta tendencia, impulsada particularmente por el maíz y por la aparición de nuevas mezclas para ensaladas.

Brevemente ¿Cuál es la historia de Bonduelle?
La empresa Bonduelle es eminentemente familiar, aunque sea un grupo internacional. De hecho, en la actualidad está dirigida por la quinta generación. Su historia se remonta al año 1853 cuando inició su actividad como una destilería de alcohol. Posteriormente, en 1926 comenzó la fabricación de guisantes en conserva de forma artesanal. Ya, en 1947, se creó la marca Bonduelle y empezó una época de gran crecimiento con la compra de conserveras en Francia, la salida al exterior y la creación del congelado. En 1992 se inició la conquista del Este europeo (llegando a República Checa, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Rusia) y entró en el mercado del fresco, al tiempo que comenzaba su apertura hacia América del Sur. A finales de los años 90, además, empezó su cotización en la Bolsa de París (aunque mantenemos la responsabilidad de la gestión) y, ya en este siglo, se llevaron a cabo importantes adquisiciones como Cielo e Campo, en Italia (fresco); Frudesa, en España (congelado) y Michel Caugant. Por último, en 2006, se tomó una participación del mayor fabricante canadiense de conservas y congelados Aliments Carrieres (nos servirá de puente para desarrollar la actividad en Norteamérica) y se recuperó la distribución de la marca Salto en España, propiedad de Unilever.

¿Desde cuándo están presentes en España?
A través de la exportación hace muchísimos años, aunque la entrada real se dio en el año 1986 al comprar la empresa navarra El Milagro, que era un fabricante de congelados, y de quien mantenemos la fábrica gestionada por Bonduelle España, S.A. Posteriormente, y para obtener una posición fuerte en congelados, adquirimos la firma Frudesa, S.A., propiedad de Unilever, y su fábrica de Benimodo (Valencia). Todo esto se ha completado, con la ya citada adquisición de la marca Salto en 2006.

¿En qué otros países está presente en la actualidad Bonduelle y en qué segmentos de mercado?
Bonduelle trabaja en 75 países de los cinco continentes (cuenta con 26 fábricas repartidas por toda Europa), en cuatro categorías de producto: productos de segunda gama (conserva), tercera (congelado), cuarta gama (ensaladas refrigeradas en bolsas) y  ensaladas ya aliñadas, de corta duración. Por otra parte, y como circuito de distribución, trabajamos el retail o gran público y el foodservice (hostelería), aunque tenemos una pequeña proporción de industria que tan sólo ocupa el 3% de nuestra actividad. Además, estamos presentes en dos mundos dentro de las marcas: la propia (de la que proviene aproximadamente el 65% de nuestra facturación) y la de nuestro cliente (un 33%). En el primero de los casos, contamos con Bonduelle, que es una marca transversal, multicategoría, mundial y multicanal; otra en Francia para productos gourmet y, en España, Frudesa para congelados en general. En cuanto a la marca del cliente (preferimos emplear este término antes que el de marca del distribuidor, que es más peyorativo), puedo decirle que, en el caso español, distribuimos a los grandes grupos de la distribución, tanto en conserva como en congelado: El Corte Inglés, Carrefour, El Árbol, Eroski, Caprabo, Mercadona, Unide, Covirán, Gadisa..etc).


¿Cómo condiciona en su labor diaria la pertenencia a una multinacional como Bonduelle?
Creo que Bonduelle es una multinacional atípica porque deja bastante libertad de acción. Así, y aunque evidentemente las grandes inversiones de tecnología provienen del grupo, tenemos gran libertad a la hora de proponer qué camino tomar e, incluso, formar parte como actores principales en el desarrollo de todo el grupo.


Centrándonos en España ¿cuál fue la facturación de su último ejercicio en sus distintas áreas de negocio?
Es complicado diferenciar, dado que España es a su vez zona comercial (aquí se comercializan todos los productos, tanto los fabricados en España como en el resto de fábricas) y de elaboración (tanto para España como para el grupo). Además, hay que tener en cuenta que la compra de Salto fue efectiva desde el mes de septiembre de 2006. De todas formas, y dado que nuestro ejercicio se cierra en junio, los últimos datos disponibles nos indican unas ventas aproximadas de 150 millones de euros; es decir, cerca del 13% de la facturación total del grupo.
Esta facturación se dividiría entre las tres sociedades con las que contamos (Frudesa, S.A., Bonduelle España, S.A. y Bonduelle Ibérica, S.A., que se unificarán en abril de este año, bajo la denominación de esta última), siendo aproximadamente, 68 millones la facturación de congelados en retail; 38 millones de conservas en retail y otros 14 millones en hostelería. 
En resumen, ahora mismo en volumen lideramos el mercado del maíz, los productos para ensalada (apio, remolacha, zanahoria), la soja y otras mezclas.También somos líderes en valor en guisante (aquí siempre nos hemos posicionado en el segmento de valor y no el volumen)


¿Y en volumen?
En el último ejercicio, se vendieron alrededor de 33.000 toneladas de congelado y 28.000 toneladas de conservas. En cuanto a la fabricación, en Navarra se fabrican alrededor de 65.000 toneladas de verdura congelada y en Valencia 39.000 toneladas (verduras y platos preparados congelados).


¿Qué ha supuesto la compra de la marca Salto y cuáles son las perspectivas de futuro?
En primer lugar, ha repercutido en la evolución de la cifra de negocio de esta actividad (gran público, congelado, marca). De hecho, facturábamos aproximadamente 38 millones de euros en congelado de marca y pasamos a 68 millones (casi el doble de la cifra de negocio en tan sólo unos meses). Hay que tener en cuenta que el cambio no fue muy brusco porque nosotros ya fabricábamos casi todos los productos; es decir, éramos proveedores de Unilever y ya teníamos todos los contactos, tanto comerciales como en logística. En realidad, hemos tenido que recuperar la actividad de una Frudesa unificada como era antes y sustituir los packagins con la enseña “Salto Knorr” por “Salto Frudesa”. Debo decir, sin embargo, que contamos con la ventaja de que el cambio anterior no había calado demasiado entre la gente y todavía se asociaba Salto a Frudesa.
La compra, además, nos ha permitido liderar el mercado de productos congelados (sin contar el pescado y marisco) y situarnos ante una gran oportunidad, en la que tenemos total libertad de acción para innovar y satisfacer las necesidades del consumidor. Es, en definitiva, mantener nuestra voluntad de ser los mayores especialistas en congelado, ayudando al crecimiento de esta categoría.

¿Cuál fue la inversión en el año 2006 y a qué fue destinada? ¿y la del 2007?
Durante el pasado ejercicio, y a nivel fabricante, destinamos tres millones de euros a las dos fábricas en España con el fin de mejorar nuestras instalaciones. En concreto, una parte se dirigió a una planta de depuración de aguas (nuestra preocupación por el medio ambiente es total) y otra partida importante fue para una nueva línea de envasado de bandejas. Para este año 2007 pensamos invertir alrededor de dos millones en esta misma línea, con el fin de mejorar la competitividad, la seguridad y el medio ambiente de nuestras plantas.

¿Cuáles han sido las principales novedades lanzadas este año en conservas?
Nuestros grandes lanzamientos han ido encaminados a fortalecer nuestra posición en el mundo de las ensaladas. Así, el denominado en Francia “muro verde” se ha ido segmentando y enriqueciendo y hemos conseguido posiciones destacadas en artículos como la remolacha, el maíz, la soja o la zanahoria... Ahora nos hemos adentrado en el mundo de las mezclas y en el uso en caliente de algunos de estos productos como, por ejemplo, el maíz. También hemos ido adaptando los formatos a las necesidades del consumidor, con envases más prácticos y más pequeños.
Otro gran lanzamiento, que lleva detrás muchos años de I+D, han sido las verduras en tetra pack (aunque en España, por las características del mercado, no se ha realizado una gran promoción) o el desarrollo y selección de semillas que nos permite contar, por ejemplo, con maíz sin azúcar añadido (nunca modificado geneticamente).
En definitiva pretendemos consolidarnos en aquellos segmentos en los que estamos presentes e intentar aportar una nueva manera de consumir verduras en conserva.

¿Cómo se consigue innovar en un mercado como éste?
Se innova siguiendo las preocupaciones del consumidor, estando muy atentos a sus gustos y a sus cambios, no sólo en sabor, sino también en formatos, envases... La innovación puede ser de grado cero a grado cien y siempre hay que tener en cuenta que una innovación es tal siempre que sea percibido por el consumidor. Hay grandes evoluciones tecnológicas que no han sido conocidas por el cliente, por lo tanto, son innovaciones muertas.

¿Cómo ve el mercado de las conservas vegetales en España? (principales tendencias)
Yo creo, en contra de lo que opinan muchos, que el mercado de la verdura en conserva no está maduro, aún le queda mucho por crecer y por descubrir. De hecho, cada año, se incrementa su valor en torno al 6-7%. Es cierto que, tradicionalmente, ha sido un lineal triste, sin apenas color; sin embargo, en los últimos diez años ha sufrido un gran cambio, motivado, fundamentalmente, por el maíz. No hay que olvidar que el consumo de maíz, apenas tiene 20 años y se ha generalizado en todos los países. En Bonduelle decimos que cada vez que nace un niño nace un consumidor de maíz. Ha sido un producto desarrollado en los últimos años y creo que puede crecer todavía mucho más en los índices de penetración. Además, tiene un gran potencial para su consumo en caliente, porque es muy versátil y muy fácil de trabajar.
A parte del maíz, veo un gran futuro a todas las verduras orientadas hacia el primer plato y/o ensalada (maíz, soja, palmitos, apio..). Todos ellos han conseguido, incluso, modificar la ensalada tradicional española que se limitaba a la lechuga, tomate, atún y aceitunas.
Otras tendencias nos apuntan hacia el fomento de los platos secos para el microondas y las mezclas de verduras. No hay que olvidar que, a través de la innovación, se puede sorprender cada vez más; por ejemplo el snack en conserva puede ser una realidad en breve. Contamos con tantas posibilidades de desarrollo que no veo bajar ni decrecer este mercado durante muchos años.

¿Existen diferencias entre el mercado español y otros europeos, como por ejemplo el francés?
Existen diferencias importantes en algunas tradiciones gastronómicas que nos han llevado a ofrecer un tipo de producto en un sitio u otro. Así, por ejemplo, en Francia o Alemania, donde la legumbre no cuenta con una cultura tan importante como en España o Italia, las legumbres cocidas están en el lineal de conservas vegetales; sin embargo, en España, y dado que se han desarrollado a través de la seca, están junto a estas legumbres. Otra diferencia, por ejemplo, es el guisante, muy fuerte en el mercado francés o alemán dentro de la conserva y no tanto en el español, donde el rey es el guisante congelado.
No obstante, en todos los países hay similitudes y el consumo de maíz es una de ellas. En todos ha supuesto una revolución y, en nuestro caso, nos ha posicionado entre los tres primeros fabricantes mundiales de maíz.
Además, también son parecidas las tendencias y, la conserva de verdura, por sus propiedades saludables, tiene un gran futuro por delante en todos los mercados (se aprecia en el crecimiento de la categoría que, incluso, está introduciéndose en las demás dado que los demás fabricantes se han dado cuenta de que la verdura tiene una connotación muy positiva).

¿De dónde procede la materia prima que comercializa Bonduelle?
La trazabilidad es una prioridad absoluta para nosotros; por este motivo realizamos una cuidada selección de las semillas que empleamos e, incluso, de su forma de tratarla. Así, elegimos a los agricultores, repartidos por toda Europa, les facilitamos las semillas y les formamos sobre su tratamiento. No somos agricultores, pero casi.

¿Utilizan maíz transgénico?
Debo aclarar que, en Europa, no existe maíz transgénico para la alimentación humana, sólo para la animal. En Europa, y en concreto en Francia y Hungría donde nosotros fabricamos, está prohibida la fabricación de maíz transgénico para la alimentación  humana.
No sé lo que nos deparará el futuro en este sentido; si se demuestra que los productos modificados genéticamente son buenos para la salud, habría que hacerlos. Pero, de momento, nosotros no los trabajamos.

¿Cuáles son las principales apuestas de su empresa para este año?
Nuestra principal apuesta es reforzar la posición de Frudesa-Salto, así como lanzar nuevos productos dentro del mundo de las ensaladas. Además, tampoco descartamos adquisiciones externas, si queremos desarrollarnos en otros segmentos, al igual que hemos hecho en congelados.

¿Les ha hecho daño la marca del distribuidor?
Sí y no. Sí, porque la entrada de la marca propia hace, evidentemente, perder cuota de mercado de nuestra marca. Sin embargo, al ser fabricantes de este tipo de marca hemos recuperado una parte de esta cuota perdida. Además, creo que es positivo porque nos hace despertar, a comunicar más, a innovar...Creo que la MDD es una evolución lógica aunque con límites (si sólo existe marca blanca el consumidor no tiene elección o una elección muy limitada). Además, hay que recordar que el que invierte es el que genera recursos y para ello hay que tener resultados. Por fortuna, cada vez más las relaciones con los distribuidores se basan en la idea de construir negocios, más que destruir. Nosotros buscamos aliados para buscar valor, tanto para el consumidor, como para el cliente y la categoría. De esta forma contamos con surtido de marca blanca y de la competencia.

¿Cómo es su relación con los distribuidores?
Son imprescindibles para llegar al consumidor y, además, son grandes profesionales. Lo que si se observa es cada vez más exigencia en todos los niveles: en el consumidor (calidad), en la logística, la comunicación, la innovación o las autoridades (normativas, certificados). Todo ellos es positivo porque nos permite mejorar la seguridad, el producto y las oportunidades de surtido.

(INDISA, num. 20)