La escasez de agua en África podría resolverse con el 0,1% del gasto militar anual mundial


El agua potable es un recurso esencial para la vida del que carecen, al menos 489 millones de personas en todo el mundo. De ellas, más de 246 millones se encuentran en África. Y sin embargo, este territorio atesora en su subsuelo una inmensa reserva de 500.000 kilómetros cúbicos de agua, cien veces más que sus reservas de agua en superficie. Para la empresa social AUARA, el uso de esos acuíferos subterráneos sería una solución a la escasez de agua en el continente, y podría acometerse destinando un presupuesto equivalente al 0,1% del gasto militar anual a nivel mundial.

Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua para concienciar de la importancia de promover un uso eficiente de este recurso y de protegerlo de los efectos del cambio climático. Este año, el lema de Naciones Unidas es ‘Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible’, con el fin de subrayar el papel esencial que desempeñan para proveer de agua a la población mundial -se calcula que unos 2.500 millones de personas dependen de ellas para cubrir sus necesidades básicas de agua diarias- y reivindicar su gestión sostenible para que pueda seguir abasteciendo a las futuras generaciones.

“A pesar de que las aguas subterráneas son en su mayoría aptas para el consumo humano, actualmente solo el 1% del total mundial se aprovecha para este fin. En el caso concreto del África Subsahariana, podrían hacerse muchos más pozos que transformarían la vida de miles de personas de ese continente, proporcionándoles nuevas oportunidades de desarrollo. El agua está ahí, solucionarlo es una cuestión de inversión, pero también de gestión y mantenimiento. Y aunque pueda pensarse que se necesitarían cantidades astronómicas, no lo son tanto si se comparan con las que se destinan a otros fines, como es el caso del presupuesto militar, por ponerlo en perspectiva”, apunta Antonio Espinosa de los Monteros, CEO y cofundador de AUARA.

Esta empresa social, que vende agua mineral y dedica todos sus dividendos a proyectos sociales para llevar agua potable a países que carecen de ella, ha realizado una estimación de cómo, a través de la instalación de infraestructuras para extraer las aguas subterráneas, se podría garantizar el acceso al agua potable a una gran parte de la población de África.

2.260 millones de euros para construir 491.800 pozos

Este continente, con un 66% de su territorio en condiciones áridas o semiáridas, presenta una situación de pobreza endémica, subdesarrollo y escasez de recursos económicos suficientes para gestionar de forma efectiva sus recursos hídricos. Pero en su subsuelo existen 500.000 billones de litros de agua subterránea que podrían aprovecharse mediante la instalación de pozos con bombas de extracción, como los 117 que AUARA ha instalado en sus cinco años de vida en varios países de África, Asia y América del Sur.

El coste aproximado de uno de esos pozos en África, según la propia experiencia de esta empresa social, es de unos 4.600 euros de media. Y el ‘Manual Esfera 2018’ -cuyos fundamentos son un referente en el ámbito de la actividad humanitaria- cifra en 500 personas el número máximo de beneficiarios de un pozo con bomba manual. Si tenemos en cuenta que la población que vive en la región de África Subsahariana sin acceso a agua potable se acerca a los 246 millones de personas, podemos estimar que sería necesario construir 491.800 pozos para resolver el problema del agua para todas ellas. Y esto supondría un coste total aproximado de 2.260 millones de euros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que una persona necesita 50 litros de agua al día para cubrir todas sus necesidades de consumo, higiene y demás usos del hogar. En situaciones extremas o de emergencia, esa cantidad podría reducirse a 5 litros. Si dividimos el volumen total de agua del subsuelo africano entre sus habitantes sin acceso a agua potable, encontramos que hay más de 2.000 millones de litros de agua disponibles por persona, lo que garantizaría su abastecimiento diario durante varios años.

“Obviamente, estos cálculos son solo aproximativos, meramente simbólicos, pues para empezar no podríamos extraer todas las aguas subterráneas si defendemos una gestión sostenible; y tampoco estas son la única fuente de acceso a agua potable: a través de la instalación de tanques de recogida de lluvia también sería posible paliar la escasez de agua en África, como ya estimamos desde AUARA en 2020. Pero ayudan a hacerse una idea del tamaño de las reservas de agua existentes, y sirven para subrayar que, al final, todo es cuestión de voluntad. La naturaleza nos da los recursos, nosotros debemos protegerlos y cuidarlos, pero también colaborar para que el acceso al agua potable sea un derecho de todos, tal y como defienden los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, subraya Antonio Espinosa de los Monteros.

AUARA: 117 pozos que han cambiado la vida de 71.200 personas

Desde su nacimiento, en 2016, y gracias a la colaboración con partners y entidades locales, esta empresa social ha instalado, como ya se ha apuntado, 117 pozos en poblaciones en situación de pobreza extrema que han cambiado la vida de 71.200 personas. En total, estas infraestructuras han generado ya más de 124 millones de litros de agua potable, y ahorrado más de 4,1 millones de horas que mujeres y niños de esas comunidades tenían que dedicar a caminar cargados con bidones hasta fuentes de dudosa calidad sanitaria para abastecer a sus familias -un tiempo que ahora pueden dedicar a ir a la escuela o a realizar actividades productivas para la comunidad-.

“Si quisiéramos calcular en términos económicos el efecto de este impacto social, estaríamos hablando de que con estos proyectos se ha generado en estas comunidades un valor superior a 1,3 millones de euros. Y ello ha sido posible gracias a las aportaciones de empresas y ciudadanos anónimos que han optado por consumir un producto con un fin social como AUARA. Pensemos en todo lo que podríamos conseguir si todos, a nivel mundial, nos movilizáramos con pequeños gestos como este por una causa común”, concluye el CEO de AUARA.