Esta Navidad con Yakiniku Rikyu viaja al Japón más auténtico sin salir de Madrid

Una experiencia genuina y auténtica donde la carne de Wagyu es, sin duda, la protagonista de la parrilla

Otra cara de la gastronomía japonesa que se basa en la calidad del producto y en el saber hacer de esta cultura milenaria

Cuando se une la delicadeza de la tradición japonesa con la vibración de la cultura coreana, surgen combinaciones únicas. Así es Yakiniku Rikyu. Un espacio donde tradición y modernidad coexisten en perfecta sintonía. Otra forma de conocer la gastronomía nipona donde prima la calidad del producto y el saber hacer de esta cultura milenaria.

La palabra Yakiniku significa “quemar carne o parrilla que se hace uno mismo”. Esta técnica fue inventada inicialmente por los coreanos que cocinaban en cada parrilla diferentes cortes de cerdo y casquería pero que evolucionó cuando los hijos japoneses de los refugiados de la Guerra de Corea, la introdujeron en el país nipón con la cocción de carnes más sofisticadas como el waygu.

En Yakiniku Rikyu cada mesa incorpora una parrilla que alcanza una temperatura de 140 grados e incorpora un extractor de humos bajo la misma para que no salga al exterior. El comensal, por tanto, disfruta interactuando con cada corte de carne y de sus diferentes acompañamientos hasta encontrar el punto perfecto de elaboración de cada pieza. Los tiempos los marca el cliente. El punto de la carne, también.

Como la tradición oriental marca, la primera parada de este viaje está en los entrantes. Su famoso Kimchi es la estrella. Fermentado de col china, nabo daikon y aguacate es en paladar fuerte y picante, pero a su vez, delicado y con matices. Otro imprescindible es el Yukke, steak tartar al estilo coreano con manzana, yema de huevo y un aliño a base de sésamo.
¿Siguiente parada? Las carnes. Las auténticas estrellas de Yakiniku Rikyu. Materias primas tratadas con excelencia y preparadas en presentaciones perfectas en un auténtico ritual gastronómico. Desde la cocina hasta la mesa. Desde el primer corte hasta alcanzar el punto de cocción.

La protagonista de la parrilla, sin duda, es la carne de wagyu. Directamente traídas desde Japón, las vacas de Yakiniku Rikyu son criadas durante los primeros meses con leche y después reciben una alimentación equilibrada con nutrientes de origen vegetal 100% naturales que consiguen dotar su carne de un colorido rojizo y un marmoleado que se aprecia en la grasa infiltrada y le aporta aroma, sabor y una jugosidad única.

Y, para terminar, deliciosos arroces coreanos, conocidos como Bibimbap y una variada selección de sopas que, como marca la tradición oriental, se sirven al final. Destacan la famosa Yukke Jhang Soup, sopa picante de miso coreano y la Tamago Soup, consomé de ternera con huevo y puerro.

En definitiva, un auténtico viaje a los más exclusivos comedores japoneses donde la delicadeza y exquisitez en el trato del producto son los protagonistas. Un ritual donde sencillez y calidad marcan las pautas. Sabor, tradición y calidad puestos en la mesa.