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Tarragona, 7 playas y 3 calas para un gran verano familiar


En sus 15 kilómetros de costa, la capital catalana cuenta con una decena de arenales –4 con bandera azul– para disfrutar intensamente del Mediterráneo

Tener la playa delante mismo del casco urbano es un lujo natural del que pocas capitales de provincia pueden presumir. Tarragona es una de ellas. Y a pocos metros de las milenarias piedras de su Tarraco romana, nada menos que dos, muy largas y seguras: El Miracle y La Arrabassada (esta última con bandera azul). Son el preámbulo de otros ocho arenales para todos los gustos, siguiendo rumbo norte, con un denominador común: su fina y dorada arena que ha dado nombre a su zona playera, una de las mejores del Mediterráneo. ¡Bienvenidos a la Costa Dorada!

Tarragona es un destino vacacional de primer nivel, avalado por su gran oferta cultural, su gastronomía… ¡y sus playas! Una ciudad abierta al mar, a ese Mediterráneo por el que llegaron los romanos en el siglo III a. C. eligiéndola para establecer en ella su primera fortificación más allá de la península itálica. Un destino de ‘sol y playa’ tranquilo, ideal para las familias con hijos; con una arena fina, blanda y suave que se adapta perfectamente al cuerpo y con pendientes muy suaves que permiten caminar dentro del agua o nadar sin riesgos. Además, sus playas son muy amplias, ideales para mantener los protocolos de seguridad y el ‘distanciamiento social’, ahora tan necesario; y la mayoría están dotadas de duchas además de otros servicios como alquiler de hamacas, restaurantes y permiten la práctica de deportes náuticos.   

Quienes se asomen a la modernista barandilla del Balcón del Mediterráneo podrán admirar casi a sus pies la playa del Miracle, ubicada también frente al Anfiteatro romano, que va desde el puerto hasta la Punta Grossa. Y a continuación, siguiendo rumbo norte, La Arrabassada, con bandera azul. Ambas playas urbanas tienen medio kilómetro de longitud y son muy anchas.

A continuación vienen dos playas más pequeñas: la Savinosa, de 350 metros y bandera azul, y la de los Capellans, de apenas 60 metros pero muy coqueta. Son la antesala del gran arenal tarraconense, la playa Larga; tres kilómetros de casi infinita arena para perderse paseando entre las suaves olas que la acarician.

Quienes busquen un poco más de intimidad la hallarán en tres paradisíacas calas contiguas: playa de l’Arboçar (nudista), playa de Bencs (nudista) y Cala Jovera, todas ellas arropadas de arboledas. Jovera, una de las más atractivas, separa las dos últimas playas tarraconenses, ambas con bandera azul: playa de la Mora y playa de Tamarit, que toma el nombre de la antigua población que destaca por su castillo románico del siglo XI. Situado sobre un promontorio, constituye una de las más bellas ‘postales’ veraniegas tarraconenses.

Más información: https://www.tarragonaturisme.cat/es/playas