Si el exterior del bao sigue, con alguna variación, la receta asiática, el interior sabe a paisaje autóctono y se irá renovando. En la primera carta de BAO bar, Paco Pérez los rellena de: - Buey de mar, corales, mayonesa y rábano
- Frincandó de Wagyu
- Lagarto ibérico (pieza del cerdo ibérico pegada al costillar, muy jugosa), torta del Casar, panceta y fries
- Rabo de Wagyu y tendones al palo cortado
- Chipirón con huevo, bacon y salsa tártara
- Burgerboom 007. Licencia para sorprender
Completan la carta entrantes para compartir (Rompiendo corazones): mejillones en escabeche marino; pulpo picón; anguila “all i pebre”; curry de pez limón y cerezas y gambeta roja con papada y champiñón. Y opciones refrescantes: ceviche vegetal y “tomates que se quieren”. La carta incluye también brochetas bajo el nombre Tritón: de alitas de pollo en escalivada y el mil hojas de moruno. Los postres también se elaboran en casa: helados soft hechos con manzana asada al horno de brasas. Se presentan en diversas versiones: con crema de chocolate, toffee y manzana; con crema de almendras, piña fresca, coco, estragón y jarabe de arce o como un divertido corneto con toppings. Algunos se encierran en el interior de un bao. La oferta de bebidas de BAO bar también es singular. Muchas de las propuestas son para compartir: shake de leche de chufa, cacao y dátil; limonada natural con lima, menta y critronela; té de melocotón, mandarina y tomillo, y una Pink Panther con leche de chufa, frambuesa y miel, todas ellas homemade. También se sirven jarras de cerveza y “pichet” de vinos y sakes. Consulta la carta Una izakaya informal El interiorismo de BAO bar se inspira en las izakayas (tabernas japonesas) y los markets nocturnos asiáticos, buscando una experiencia gastronómica casual para compartir con amigos. La arquitecta Esther Rovira ha convertido la vaporera de bambú en la que se elaboran los baos en símbolo del local. De ahí nacen las bao-nubes que invaden el techo: lámparas ligeras hechas de vaporeras de bambú y leds para evocar una noche de verano en un mercado callejero. El bambú, las maderas claras y las mesas largas y para compartir dibujan un ambiente de taberna, divertido e informal. Una cocina abierta permite a los comensales observar cómo se elaboran los platos. Un showcooking que comparte protagonismo con la barra cervecera. Como en su carta, el local mezcla lo asiático con lo autóctono: en la pared bao luce un graffiti de jóvenes artistas de Barcelona. En palabras de Paco Pérez: “BAO bar es una taberna informal donde divertirme y divertir, con una propuesta callejera que demuestra que, a veces, lo simple es lo más sofisticado”. |